Cuando uno piensa en Nintendo, lo primero que viene a la mente son personajes entrañables como Mario, Link o Pikachu. Lo que no esperábamos es que, en la lucha libre mexicana, estos íconos de la cultura pop tuvieran una aparición tan inesperada y peculiar. Y es que un luchador ha decidido debutar con un nombre que parece más sacado de un despacho legal que de un cartel de lucha: “Demanda de Nintendo”.
Demanda de Nintendo en la lucha libre mexicana
El domingo pasado, en la arena de Naucalpan, apareció sobre el ring un personaje que, además de cargar con un alias bastante provocador, decidió complementar su atuendo con una playera de Pikachu. No es una máscara tradicional ni un equipo que evoque a los luchadores de antaño, sino una prenda que inmediatamente nos remite a la franquicia más rentable de Nintendo: Pokémon.
Su nombre, "Demanda de Nintendo", es un chiste en sí mismo y también una referencia directa a la reputación que la empresa japonesa ha construido con el paso de los años en los tribunales. La compañía de Kyoto es famosa por ser extremadamente protectora con sus propiedades intelectuales. Lo hemos visto incontables veces: fan games que desaparecen de la noche a la mañana, creadores de contenido que enfrentan problemas por usar música o imágenes de la Gran N, y hasta negocios que se topan con cartas de “cese y desista” solo por compartir un nombre similar.
De hecho, recientemente, se hizo viral el caso de un supermercado en Costa Rica llamado “Super Mario” que fue llevado a juicio por Nintendo. Aunque la empresa japonesa terminó perdiendo esa batalla legal, la historia corrió como pólvora en redes sociales y puso nuevamente el tema sobre la mesa: ¿hasta qué punto puede una marca reclamar la exclusividad de nombres o personajes que ya son parte del imaginario colectivo?

Pero lo de “Demanda de Nintendo” es otra cosa. Aquí no estamos hablando de un negocio lucrando directamente con la imagen de Mario o de Zelda. Se trata de un luchador que, fiel al espíritu burlesco y satírico de la lucha libre mexicana, ha decidido crear un personaje que juega con la reputación legalista de la compañía. Es una especie de homenaje disfrazado de crítica.
La playera de Pikachu con la que este luchador subió al cuadrilátero es la guinda del pastel. No es que luzca una camiseta genérica de rayos o relámpagos, sino que lleva impreso en el pecho uno de los rostros más reconocidos del planeta. Y aunque es probable que Pikachu no sepa nada de llaves, patadas voladoras o luchas en jaula, en este contexto termina siendo un símbolo de rebeldía y humor.
Aquí es donde surge la gran pregunta: ¿Nintendo tomará cartas en el asunto? Históricamente, la empresa no ha tenido reparos en ir tras cualquiera que toque sus IPs sin permiso, sin importar si se trata de un videojuego amateur o una tienda local. Sin embargo, la lucha libre es un terreno pantanoso. Es un espectáculo que siempre ha coqueteado con la cultura popular, adoptando personajes que reflejan situaciones políticas, sociales o incluso mediáticas. Y Nintendo, aunque tiene fama de ser poco flexible, también sabe medir la temperatura del público.

Hay algo fascinante en cómo la lucha libre mexicana funciona como espejo de la realidad y como catalizador de comentarios sociales: el ring ha sido por décadas un espacio de sátira y crítica. “Demanda de Nintendo” encaja perfectamente en esa tradición. Es la materialización de un meme que se ha filtrado al mundo físico, al universo teatral y exagerado del pancracio.
Si Nintendo decide ignorarlo, el personaje podría volverse incluso más popular, convirtiéndose en una leyenda urbana que recorrerá los pasillos de las arenas. Pero si llega la famosa carta de los abogados nipones, es probable que estemos ante una nueva anécdota viral que, una vez más, pondrá a la Gran N en el centro del debate sobre la propiedad intelectual y la cultura popular.
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