Ya no es solo una posibilidad, ni una promesa sujeta a futuros debates o escépticas esperas: los videojuegos han llegado oficialmente al Olimpo del deporte mundial. Lo que por años fue considerado un pasatiempo, una moda pasajera o incluso una amenaza para las “disciplinas reales”, ha sido reconocido por el Comité Olímpico Internacional (COI) como algo digno de medallas, himnos y ceremonias de apertura. Así, los primeros Juegos Olímpicos de Deportes Electrónicos se celebrarán en Riad, Arabia Saudita, en 2027, marcando un punto de inflexión en la historia de los esports y del deporte en general.
La decisión no fue tomada a la ligera. En julio del año pasado, durante su sesión número 142, el COI aprobó formalmente la creación de esta nueva rama olímpica. A partir de ahí, la maquinaria se puso en marcha, y el destino quiso que fuera Arabia Saudita —con su ya conocida apuesta por el deporte como parte de su modernización nacional— quien levantara la mano para albergar esta inédita celebración.
El camino hacia los Juegos Olímpicos de Esports arranca en 2025
Durante este año, comenzará la etapa previa de clasificación, preparación y definición de formatos. El llamado “Camino hacia los Juegos Olímpicos de Esports” se pondrá en marcha, con competencias y procesos de selección que permitirán a los mejores jugadores del planeta representar a sus países como nunca antes se había visto en esta industria. Y es aquí donde entra un aliado crucial: la Fundación de la Copa Mundial de Esports (EWCF), que se convierte en el socio fundador de esta nueva aventura olímpica.
La EWCF no es una desconocida en el sector. Es una organización sin fines de lucro que lleva años trabajando por la profesionalización, sostenibilidad y crecimiento de los esports a nivel mundial. Su papel en estos Juegos no será simplemente logístico: junto al COI, tendrá la tarea de definir las estructuras de torneos, los criterios de clasificación, las medidas de integridad competitiva y la alineación de los esports nacionales con los estándares olímpicos globales. Nada menos.

El presidente del COI, Thomas Bach, fue claro al respecto: “Ahora existe una hoja de ruta muy clara hacia los históricos primeros Juegos Olímpicos de Esports. Esto demuestra una vez más la sólida colaboración entre ambas partes”. Y es que no se trata solo de organizar un evento, sino de cerrar la brecha entre los deportes electrónicos y los tradicionales, generando nuevas oportunidades para jugadores, equipos y federaciones en todo el mundo.
Por su parte, Su Alteza Real el Príncipe Abdulaziz bin Turki Al Faisal, presidente del Comité Olímpico y Paralímpico Saudí (SOPC), celebró el acuerdo como parte de una estrategia más amplia del país para posicionarse como referente deportivo global:
“Arabia Saudita ya está deseando dar la bienvenida al mundo y contribuir a que los sueños de los atletas de esports se hagan realidad”, declaró, destacando que el reino ha organizado más de 100 eventos internacionales de distintas disciplinas, incluidos torneos de videojuegos, y que la participación deportiva nacional se ha más que triplicado desde 2015.
Y aquí es donde el simbolismo del evento adquiere una fuerza aún mayor. Durante décadas, los esports han tenido que luchar contra prejuicios, minimizar sus logros ante el esnobismo deportivo y demostrar, una y otra vez, que no solo son entretenimiento: son esfuerzo, estrategia, dedicación y talento, al igual que cualquier otro deporte olímpico. Verlos ahora respaldados por el COI, con una sede confirmada y un plan claro para 2027, es más que una victoria: es un reconocimiento histórico.
Aún quedan muchos detalles por definir: ¿qué juegos formarán parte del programa olímpico? ¿Cómo se organizarán las categorías y los países participantes? ¿Qué reglas se establecerán para garantizar la equidad y la integridad de las competencias? Todo esto será definido por un comité conjunto COI-EWCF, presidido por el miembro del COI Ser Miang Ng y copresidido por el príncipe Turki Al Faisal, quienes ya trabajan en delinear el futuro inmediato de estos Juegos.

Lo cierto es que el punto de no retorno ya se ha cruzado. Los Juegos Olímpicos de Esports serán una realidad en 2027, y no solo marcarán un antes y un después para la industria, sino que redefinirán la manera en que entendemos el deporte, la competencia y la representación nacional en el siglo XXI. Y eso, sin duda, es un logro que merece medalla.
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