Con el reciente anuncio de la PS5 Pro, PlayStation busca posicionar su consola como una de las más poderosas del mercado. La nueva versión promete grandes avances en gráficos, rendimiento visual y trazado de rayos, lo que ha generado gran entusiasmo en la comunidad de jugadores. Sin embargo, hay un aspecto clave en el que la Xbox Series X sigue siendo superior.
La CPU de Xbox sigue siendo mejor
Uno de los puntos más notables de la presentación de la PlayStation 5 Pro fue la ausencia de menciones a mejoras en su procesador central. Mark Cerny, arquitecto de la consola, no dedicó tiempo a hablar de la CPU, lo que ha llevado a la comunidad y expertos a suponer que no habrá cambios importantes en este apartado técnico.
De acuerdo con las especificaciones reveladas, la PS5 Pro seguirá utilizando el procesador AMD Zen 2 de 8 núcleos y 16 subprocesos que opera a una velocidad de 3.5 GHz, una pieza de hardware que, si bien sigue siendo competitiva en el mundo de los videojuegos, no representa un salto en comparación con la PS5 estándar.
En ese sentido la Xbox Series X sigue manteniendo la delantera. La consola de Microsoft cuenta con una CPU AMD Zen 2 de 8 núcleos que opera a una velocidad de 3.8 GHz, lo que la coloca ligeramente por delante de la PS5 Pro, cuya CPU alcanza hasta 3.5 GHz.
Aunque algunos rumores indican que la PS5 Pro podría ofrecer un incremento de rendimiento en su CPU de aproximadamente un 10% en comparación con la PS5 estándar, esto la llevaría a un nivel similar al de la Xbox Series X, pero no lo suficiente para superar su capacidad. Este pequeño margen de mejora no cambia el hecho de que, en términos de procesamiento puro, la consola de Xbox sigue siendo superior.
La importancia de la CPU en el rendimiento general
La CPU es un componente clave en el rendimiento general de cualquier consola, ya que es responsable de gestionar las operaciones de procesamiento central, desde la ejecución de juegos hasta la interacción con las interfaces del sistema. Si bien la GPU tiende a llevarse los reflectores cuando se habla de mejoras gráficas, la CPU es crucial para garantizar que los juegos se ejecuten sin problemas, con menos tiempos de carga y una experiencia más fluida en general.
En este sentido, la ventaja de la Xbox Series X en cuanto a frecuencia de reloj de la CPU significa que, al menos en papel, debería ofrecer una experiencia más ágil y rápida cuando se trata de gestionar múltiples tareas, manejar mundos abiertos complejos o ejecutar juegos con alto grado de detalle técnico.
Sony, por otro lado, ha centrado los esfuerzos de la PS5 Pro en mejorar aspectos gráficos y de rendimiento visual, dejando de lado una gran actualización en la CPU. El aumento de trazado de rayos, las resoluciones 4K y 60 FPS, e incluso la posibilidad de alcanzar los 120 fps y 8K en algunos títulos, son las cartas fuertes de la consola. También incorpora PlayStation Spectral Super Resolution, una tecnología de escalado asistida por IA que mejora la calidad visual en una amplia gama de juegos, sin necesidad de actualizaciones adicionales.
Esto significa que la PS5 Pro será una excelente opción para los jugadores que priorizan la fidelidad visual sobre la potencia de procesamiento puro, ya que los gráficos de última generación y el trazado de rayos avanzado son sus puntos más destacados. Sin embargo, para aquellos que buscan rendimiento de CPU y capacidad de procesamiento, la Xbox Series X sigue siendo la mejor opción.
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