En 2015, Xenoblade Chronicles X llevó a la saga a un nuevo enfoque, sacrificando su narrativa a favor de elementos de un MMORPG que llevaría la jugabilidad a otro nivel. Ahora que tenemos enfrente su regreso con el remaster en Nintendo Switch, vale la pena recordar esta importante decisión de Monolith Soft y el daño que ocasionó.
Nunca descuides la historia en un RPG
Habiendo jugado incontables RPGs a través de los años, me di cuenta de que es un género impulsado mayormente por sus increíbles historias. Ya sean fantasías, novelas de ciencia ficción o aventuras medievales, lo que cuenta un RPG es su pilar más fundamental. Acompañado de personajes memorables y locaciones que dejan marca, los mejores RPGs son aquellos que puedes jugar por cientos de horas sin sentirte fatigado, y en lugar de eso, mueres por saber qué sucederá después en su trama.
Con esto dicho, es justamente ahí donde me falló Xenoblade Chronicles X cuando lo jugué en Wii U. Tras la épica aventura de Shulk en Wii, ahora tenía que crear a un protagonista silencioso que se sentía de relleno en la trama. Esto fue solo el inicio de un hilo de decepciones que me entregó el colosal RPG de 2015.
La historia de Xenoblade Chronicles X no es mala, pero sí es floja. Monolith Soft nos demostró con sus proyectos anteriores que era un estudio más que capaz de llevarnos a un mundo fantástico acompañado de personajes únicos y especiales. Sin embargo, en este juego se optó por impulsar al máximo los elementos de un MMORPG que ya venía explorando el estudio anteriormente, pero a un alto costo.
El protagonista silencioso no funcionó: por algo todos se encariñaron con Shulk
Un MMORPG single player no es la solución
Si has jugado un MMORPG, sabes que su principal encanto es llevarte a un mundo enorme con un sinfín de posibilidades. Interactuar con el resto de la comunidad en un solo universo al estilo World of Warcraft es una idea fascinante que te pierde con sus incontables mecánicas y elementos, y eso es justamente lo que se intentó con Xenoblade Chronicles X.
Sin embargo, aquí se presentó la encrucijada: ¿era realmente un MMORPG, o un RPG que intentaba serlo? Los MMORPGs tienen una reputación por descuidar su historia a favor de implementar más y más funciones en su jugabilidad, manteniendo enganchado al jugador con contenido que no para de llegar.
Xenoblade Chronicles X nunca fue un juego como servicio ni tampoco un MMORPG al 100%, pero al acercarse demasiado a esta idea, quemó lo que ya había cosechado la saga. Como spin-off puede funcionar, pero incluso los mismos japoneses vieron el potencial desperdiciado con esta entrega, y afortunadamente Monolith Soft se percató de ello.
Xenoblade Chronicles 2 y 3 regresaron a la fórmula original, y no hace falta decirte cómo terminó esa historia. No quiero cerrar esta opinión diciendo que Xenoblade Chronicles X es un mal juego porque no lo es ni de cerca, pero sí cometió un error al descuidar su apartado narrativo, descuido que el remaster piensa arreglar con el nuevo epílogo que sumará más importancia a la historia.
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