Doom le debe su nombre a Hollywood: la escena de una película inspiró a los creadores del shooter más influyente de los noventa

Doom Le Debe Su Nombre A Una Escena De Tom Cruise
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Hay nombres que se sienten predestinados, que con solo escucharlos evocan todo un universo de sensaciones, imágenes y sonidos. Doom es uno de ellos. No importa si lo jugaste en los noventas, si lo descubriste décadas después, o si solo sabes de su existencia como parte del ADN del gaming moderno: Doom suena a algo definitivo, peligroso y poderoso. Pero lo que quizás no sabías es que ese nombre se lo debemos a una película, y particularmente, a un diálogo de Tom Cruise.

Sí, el mismísimo Maverick, y no, no es broma ni una exageración. En una entrevista con Doomworld, John Carmack, la mente técnica detrás del clásico de 1993, confesó que el origen del nombre Doom está directamente inspirado en El color del dinero (The Color of Money, 1986), la película de Martin Scorsese donde Tom Cruise interpreta a Vincent Lauria, un joven talento del billar con más ego que modales.

“¿Qué llevas ahí?”, el origen del nombre de Doom

La escena en cuestión es una pequeña joya. Vincent llega a un salón de billar con un estuche largo. Un tipo curioso le pregunta qué lleva dentro. Él sonríe, lo abre lentamente, muestra su taco personalizado y responde con una sola palabra: “Doom”.

No hace falta ser un cinéfilo empedernido para captar la fuerza de esa escena. Esa palabra, dicha con tanto aplomo, se convierte en una amenaza, una declaración de intenciones. Doom, traducido del inglés al español significa “condena”, “perdición” o “muerte”. Es un presagio, un aviso, y para Carmack, fue la chispa perfecta.

Carmack quedó fascinado por ese momento, pero más allá de la anécdota cinéfila, vio algo más profundo: la posibilidad de trasladar ese impacto al mundo de los videojuegos. Según contó en la entrevista, imaginó que su juego tendría en la industria el mismo efecto que Vincent Lauria en la mesa de billar: devastador, imparable, transformador. Y vaya si lo fue.

Doom no solo fue un éxito, fue una revolución. Cambió las reglas del juego al redefinir lo que podía ser un shooter en primera persona. Su diseño, su atmósfera, su brutalidad pixelada y su motor gráfico fueron una bofetada al status quo de la época. Y ese nombre, tan corto, tan contundente, encajó a la perfección en el imaginario colectivo.

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