Cuando Ubisoft anunció Assassin’s Creed Shadows y presentó a sus dos protagonistas, muchos de nosotros supimos que el juego no solo buscaría innovar mecánicas, sino también rendir homenaje a una de las dualidades más fascinantes de la historia japonesa: samuráis y ninjas.
Yasuke, un samurái imponente, y Naoe, una shinobi letal y sigilosa, protagonizan esta nueva entrega ambientada en el Japón Feudal, particularmente en el período Azuchi-Momoyama (1574-1600), una época marcada por conflictos, cambios políticos y el nacimiento de leyendas. Y es que más que personajes opuestos, Yasuke y Naoe encarnan dos filosofías de vida y combate completamente distintas.
Saumráis y ninjas, guerreros de estirpes diferentes
Históricamente, tanto los samuráis como los shinobis pertenecen a la misma raíz cultural, pero su propósito y métodos los separan de manera radical. El samurái se regía por el honor, el deber y el servicio a su amo. Era un guerrero de la élite feudal que dedicaba su vida a la disciplina y a la perfección de su técnica, ya fuera con la katana, el arco o la lanza. Su armadura y su porte eran símbolos de su estatus social y de su férrea lealtad al código del bushido, ese “camino del guerrero” que le imponía incluso quitarse la vida mediante el harakiri si fallaba en su misión.

Por otro lado, los ninjas o shinobis venían de estratos sociales más bajos. Eran mercenarios, maestros del sigilo y la infiltración. No tenían un código de honor tan rígido como el samurái, sino que su objetivo era simple: cumplir la misión y sobrevivir, aunque para ello tuvieran que recurrir al engaño o la emboscada. Su vestimenta, el famoso ninja-yori negro, les permitía deslizarse entre las sombras para ejecutar su tarea sin ser vistos, ya fuera recolectando información o eliminando objetivos clave.
Ubisoft entendio esta dualidad y la ha traslado al núcleo jugable de Assassin’s Creed Shadows. Yasuke es sinónimo de fuerza bruta, de presencia intimidante en el campo de batalla. Su estilo se basa en la confrontación directa: derribar puertas, levantar objetos pesados y desatar ataques devastadores que harán que los enemigos huyan antes de enfrentarlo cara a cara. Yasuke representa el poder y la estrategia frontal de un guerrero que sabe que su sola figura impone respeto.

En contraste, Naoe, hija ficticia del legendario shinobi Fujibayashi Nagato, es todo lo que el samurái no es. Su estilo de combate bebe del sigilo y la agilidad; no busca ser vista, sino desaparecer y atacar desde donde menos lo esperas. Sus movimientos rápidos y su capacidad para moverse sin ser detectada nos recuerdan a las entregas clásicas de la saga Assassin’s Creed, donde el sigilo era una de las claves para completar las misiones.
Dos formas de vivir la aventura
Lo que realmente emociona de esta decisión en la jugabilidad de Shadows, es la posibilidad de experimentar la historia desde ambos puntos de vista. El Japón del siglo XVI es un escenario cargado de tensiones políticas y sociales, y la interacción entre un samurái y una shinobi en este contexto puede abrir la puerta a un sinfín de situaciones narrativas: desde alianzas incómodas hasta conflictos ideológicos. Yasuke y Naoe no solo representan estilos de juego diferentes, sino formas de entender la guerra y la supervivencia en tiempos convulsos.
Además, la elección del periodo Azuchi-Momoyama no es casual. Este fragmento de la historia japonesa fue crucial para la unificación del país bajo el liderazgo de figuras como Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Era un tiempo en que los clanes de shinobis se enfrentaban a la creciente autoridad de los daimyos y sus ejércitos de samuráis. Un terreno fértil para una historia donde Yasuke y Naoe, cada uno desde su perspectiva y su herencia, deben colaborar mientras el país arde en guerras internas.
Si algo nos ha enseñado la cultura popular japonesa es que samuráis y ninjas han capturado la imaginación de generaciones enteras. Ya sea en el cine, el anime o los videojuegos, esta dicotomía entre la fuerza y el sigilo, el honor y la eficiencia, ha sido un recurso narrativo poderoso. En Assassin's Creed Shadows, Ubisoft lo lleva un paso más allá al ponernos en la piel de ambos guerreros, dándonos la libertad de elegir cómo queremos afrontar cada misión.
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