En un movimiento que ya se ha vuelto costumbre, Sony lanzó una nueva actualización de software para sus consolas PlayStation 5 y PlayStation 4. Aunque no se trata de una revolución, sí introduce algunas mejoras y ajustes que podrían hacer la vida más fácil a los jugadores. Y lo más llamativo, aunque no sorprendente, es que la compañía sigue ofreciendo soporte para su consola de generación pasada. Pero vayamos por partes.
PS5: pequeñas mejoras que suman
Si bien PlayStation nos tiene acostumbrados a actualizaciones periódicas, esta vez la PS5 recibe algunos cambios que, aunque discretos, mejoran la experiencia del usuario. La actualización 25.02-11.00.00 trae consigo la clásica mejora en la estabilidad y rendimiento del sistema, algo que se menciona en prácticamente cada update, pero que nunca está de más.
Lo interesante llega en el apartado social y de interfaz. A partir de ahora, la forma en la que los jugadores ven la información de las actividades dentro de los juegos será más intuitiva. Todo el contenido relevante estará en una sola tarjeta, lo que facilitará la navegación. Eso sí, Sony garantiza que los posibles spoilers seguirán ocultos, para evitar arruinar experiencias a quienes prefieren descubrir todo por sí mismos.
Otro cambio curioso pero bien recibido es la incorporación de compatibilidad con emojis Unicode 16.0 en los mensajes. Puede sonar extraño, pero hasta ahora los jugadores no podían expresarse con la más reciente variedad de emojis en la plataforma. Ahora, la comunicación dentro del ecosistema PlayStation será un poco más colorida y expresiva.
Por último, ha modificado la configuración predeterminada del control parental. A partir de ahora, si el nivel de restricción está fijado en "Adolescentes o mayores", la opción predeterminada será “Restringir” en lugar de “Permitir”. Con esto, la compañía busca que los padres tengan un mayor control sobre el contenido que consumen los jugadores más jóvenes en la plataforma.
PS4 sigue viva, aunque con menos novedades
Mientras muchos podrían pensar que Sony ya no tiene razones para seguir actualizando PS4, la realidad es que la consola sigue recibiendo soporte, aunque han pasado poco más de 30 meses desde su úlltima actualización, realizada en septiembre del 2022. Como era de esperarse, estos ajustes son cada vez más discretas, centradas exclusivamente en ajustes de estabilidad y rendimiento. La versión 12.50 del firmware de PS4 sigue esta línea.
Los cambios en esta ocasión son mínimos: mejoras en los mensajes y en la facilidad de uso en algunas pantallas. No hay nuevas funciones, ni mejoras llamativas, ni sorpresas para los usuarios que aún juegan en la consola de pasada generación. Este tipo de updates reflejan el inevitable destino de la PS4: mantenerla funcional el mayor tiempo posible, pero sin añadir nada que haga sombra a la PS5.
Al final, estas actualizaciones reflejan un equilibrio entre mantener el ecosistema de PlayStation estable y funcional, sin descuidar por completo a los jugadores que aún no han dado el salto a la nueva generación. No es una actualización que pasará a la historia, pero sí una que mantiene el engranaje en movimiento.
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