Hay personajes que nacen para dividir, y Abby es uno de ellos. Si jugaste The Last of Us: Parte II, probablemente no saliste ileso emocionalmente. Lo que parecía una historia de venganza directa entre Ellie y los culpables de una tragedia, terminó por poner patas arriba nuestra brújula moral. Ahora, con la segunda temporada de la serie a punto de arrancar, es momento de mirar de frente a Abby, no como una villana, sino como el reflejo brutal de lo que significa sobrevivir en un mundo donde nadie es completamente bueno ni completamente malo.
La historia de Abby en The Last of Us
Abby Anderson, ese es su nombre completo. Se convirtió en una de las figuras más debatidas del gaming moderno y dentro de la narrativa de TLOU Part II fue hija de un médico de las Luciérnagas. Y no cualquier médico: uno de los pocos capaces de crear una cura para la infección. Pero todo eso se vino abajo en un quirófano cuando Joel irrumpió para salvar Ellie. Abby quedó sola, rota y con un único propósito: buscar justicia… o venganza, dependiendo de a qué lado de la historia te quieras aferrar.
Lo interesante es que The Last of Us nunca ha tratado sobre zombis. Esa fue siempre la excusa. Lo que de verdad nos atrapó fue la humanidad rota de sus protagonistas. Y Abby es el máximo exponente de eso. Fuerte, estoica, aparentemente invencible, pero también llena de dolor, dudas y contradicciones. Su cuerpo musculoso, su actitud directa y su dureza emocional no son un capricho estético, son una respuesta al mundo que la obligó a endurecerse para seguir viva. Mientras Ellie esquiva, se esconde y ataca con sigilo, Abby enfrenta, rompe y arremete como un eco de Joel, su contraparte trágica.

Cuando en 2020 nos obligaron a jugar como Abby, muchos sintieron traición. ¿Cómo ponernos en los zapatos de quien le hizo tanto daño a alguien que aprendimos a querer? Y esa es justamente la genialidad del juego: el recordatorio de que el dolor no es exclusivo de nadie. Abby también lo perdió todo, también sangró, también fue víctima. Cambiar de perspectiva dolió, pero fue necesario.
Kaitkyn Dever se convierte en Abby en la serie de TLOU
Ahora, la serie tiene el enorme reto de llevar esa narrativa incómoda a la pantalla. Y lo hace con Kaitlyn Dever, actriz con un rostro ya familiar en el cine independiente y la televisión, pero también con un físico que dista de la Abby que conocimos en el videojuego. Aquí es donde el debate se reactiva: ¿por qué cambiar la apariencia de un personaje que precisamente destacaba por romper estereotipos?
Neil Druckmann, cocreador de la franquicia, ha sido claro: lo esencial no está en la forma, sino en el fondo. Abby no es solo músculos y fuerza bruta, es una persona fracturada intentando encontrar sentido en un mundo que lo ha perdido. Y eso, según Druckmann, es lo que Dever captura con potencia. La acción quizá no sea tan intensa como en el juego, pero la historia no va a suavizar su mensaje.

¿Estamos listos para volver a mirar la violencia desde ambos lados? Porque eso es lo que Abby nos exige. No va a pedirnos perdón ni va a explicarse demasiado. Solo estará ahí, como una prueba emocional que pone a prueba nuestra capacidad de comprender que nadie es solo una cosa.
Con su llegada a la segunda temporada, The Last of Us no solo suma una protagonista. Suma una conversación. Abby no viene a gustarte, viene a confrontarte, y tal vez, justo por eso, se convierte en uno de los personajes más importantes de toda esta historia. El primer capítulo de la Temporada 2 de TLOU se estrena este domingo 13 de abril en Max, en los siguientes horarios para México y Latinoamérica.
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