En marzo de 1988 la consola NES recibió en América un juego llamado Dragon Power. Casi una década antes de la llegada de Dragon Ball a la región, una consola de videojuegos estaba recibiendo uno de los primeros productos inspirados en la obra de Akira Toriyama.
El juego se publicó originalmente con el nombre Dragon Ball: Shenron no Nazo dos años antes en Japón, pero hubo cambios importantes cuando se lanzó la versión americana de este título desarrollado por TOSE Software y publicado por Bandai. Dragon Power terminó retomando la base del juego japonés pero tuvo enormes y muy curiosos cambios.

Dragon Ball sin la licencia de la obra de Akira Toriyama y con mucha censura
Como Dragon Ball no era una franquicia bien posicionada en Occidente en la década de los ochenta, no tenía mucho caso lanzar un videojuego inspirado en la obra de Akira Toriyama. Se decidió no pagar la licencia que cobraba Toei Animation para este producto y lanzar el juego de Dragon Ball para NES con otro nombre y otros personajes.
Dragon Power dejó a un lado a Goku y Bulma en su búsqueda de las Esferas del Dragón para seguir la historia de Sun Wukong y Nora en su búsqueda de las Esferas de Cristal. El argumento del juego es en esencia el mismo y sigue de manera muy fiel los primeros tomos del manga de Dragon Ball. Todo fue transformado, por ejemplo, el emblemático ‘kamehameha’ –la famosa Onda Vital de España– fue cambiado por un movimiento conocido como ‘Wind Wave’.

Entre los cambios más curiosos de Dragon Power con respecto al juego japonés está una enorme cantidad de censura, pues no era bien visto tener el humor subido de tono en un videojuego para Occidente. Hay una escena donde vemos al maestro Roshi rodeado de calzoncillos de Bulma, que se transformó en una animación del equivalente al maestro rodeado por sandwiches, cuya única similitud con el material original era su forma triangular.

Francia sí apostó por la licencia de Dragon Ball
La extraña adaptación americana del juego de Bandai no fue la única, tres años más tarde el juego también llegó a Francia, pero los europeos sí apostaron en favor de la licencia de Toei Animation. Ellos mismos se encargaron de traducir el juego al francés, convirtiéndolo así en el primer videojuego francés en la historia de Nintendo.
Seguro que los americanos no se imaginaron en su momento lo que dejaron pasar, pero al menos estos sucesos nos dejan ante una de las curiosidades más interesantes de los juegos de licencias en la historia de la industria.