
En vida, Satoru Iwata fue conocido como un visionario de la industria de los videojuegos: un programador brillante y un presidente de Nintendo que nunca perdió su esencia como desarrollador, siempre defensor de las prácticas que priorizaban la diversión en los juegos frente a los negocios. En este sentido, anticipando lo que sería el cloud gaming, Iwata se erigió como un crítico de este modo de jugar. Más de una década después nos preguntamos: ¿Nintendo tenía razón y Xbox se equivocó, o fue todo lo contrario?
El cloud gaming en 2013: ¿una promesa adelantada a su tiempo?
Retrocedamos a 2013. La industria de los videojuegos estaba en plena transición: PlayStation 4 y Xbox One estaban por lanzarse, marcando el inicio de una nueva generación, mientras que Nintendo iba a contracorriente con el Wii U, una consola que no terminó de despegar. En ese entonces, el cloud gaming era más una promesa que una realidad; servicios como OnLive intentaban demostrar su viabilidad, pero aún enfrentaban enormes obstáculos técnicos. En medio de este panorama, Satoru Iwata fue uno de los pocos en levantar la voz y cuestionar si este modelo realmente tenía futuro.
“Una nube es un intento de procesar información en un servidor en línea en lugar de hacerlo en las máquinas individuales de los jugadores”, explicó Iwata. Su preocupación principal era la latencia: el tiempo que tardaba una acción en reflejarse en pantalla podía afectar la experiencia de juego, sobre todo en títulos de acción. Para él, la nube tenía sentido en juegos donde la inmediatez no era crucial, pero no en experiencias donde la fluidez y la respuesta rápida son esenciales.
“Esto significa que, dado que el tiempo de transmisión de datos en una conexión a internet nunca es despreciable, siempre habrá un retraso antes de recibir el resultado de tu entrada.” Según Iwata, “algunos juegos pueden jugarse en la nube y otros no. Las leyes de la física dictan que siempre habrá una demora en la transmisión de datos, y con la tecnología de internet actual, es inevitable cierta latencia al enviar y procesar información en un servidor.”
Más allá de lo técnico, su visión también se centraba en el futuro de las consolas dedicadas. Mientras algunos apostaban por la desaparición del hardware tradicional, Iwata se mantuvo firme en su postura: “Nuestra postura es que las consolas dedicadas no desaparecerán, y estamos decididos a crear un futuro en el que eso no ocurra.” La Gran N bajo su liderazgo, apostó por innovaciones de hardware propias en lugar de delegar su ecosistema a la nube, y con la trayectoria que ha tenido Nintendo Switch, podemos ver que este enfoque ciertamente ha resultado ser una de las decisiones más acertadas en la industria, desafiando las predicciones de muchos expertos.
El cloud gaming en 2025: la evolución definitiva del juego sin fronteras
Desde entonces, el cloud gaming ha evolucionado a pasos agigantados: Google intentó apostar fuerte con Stadia y fracasó, pero Microsoft ha tomado la batuta con su estrategia de Game Pass en la nube, convirtiéndose en un modelo funcional dentro de su ecosistema. Al día de hoy, muchos son los jugadores que pueden acceder a títulos AAA sin necesidad de un hardware potente. Más allá de las promesas, los números respaldan la estrategia: en 2025, Xbox Cloud Gaming superó los 34 millones de usuarios. Claro, esto no significa que el gaming tradicional vaya a desaparecer, pero sí que la visión de Microsoft sobre el futuro ha probado ser acertada.
Al día de hoy, Xbox ha cambiado tanto que ahora ya no se centra en consolas dedicadas, sino en hacer que sus juegos lleguen a cualquier pantalla con internet. La campaña “This is an Xbox” es la prueba de que su apuesta está en la accesibilidad y la expansión del ecosistema más allá del hardware tradicional: celulares, laptops, incluso la computadora de tu refrigerador podría ser un Xbox.
Sin embargo, a pesar de todos los avances, el cloud gaming sigue enfrentando retos técnicos y logísticos. La latencia y la calidad de la conexión, como auguraba Iwata, siguen siendo barreras difíciles de superar. Mientras tanto, Nintendo sigue apostando por hardware híbrido, con la Switch 2 en el horizonte, reforzando su filosofía de mantener el control total de la experiencia de juego. Quizás la predicción de Iwata no fue una sentencia definitiva, pero sigue siendo una advertencia que la industria no puede ignorar.
Aunque ha habido grandes avances, si el cloud gaming quiere ser el futuro en todo el mundo, primero tiene que resolver su presente. La tecnología sigue mejorando, pero es innegable que sigue teniendo obstáculos en muchos lugares, incluyendo México y varios países de LATAM.
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