Xenoblade Chronicles X es el hermano perdido de la saga y su regreso no pudo ser más épico: reseña de la versión definitiva del juego de Wii U que nos hizo esperar diez años

Tuvimos que esperar una década entera, pero finalmente Xenoblade Chronicles X salió de su prisión en Wii U con un retorno monumental en Nintendo Switch. Tratándose de RPGs, estamos frente a uno de los juegos más ambiciosos de la historia, pues su escala no se compara ni con los títulos más colosales que jugamos hoy en día, y vaya que te espera una aventura titánica con esta entrega perdida de la querida saga de Nintendo. ¿Valió la pena esperar tanto por su regreso? La respuesta definitiva está aquí mismo.

La humanidad al borde de la extinción

La historia de Xenoblade Chronicles X empieza con una nota muy fuerte y amarga al corazón. La humanidad se vio envuelta en una guerra entre dos razas alienígenas y salió perdiendo en la encrucijada. La batalla espacial escaló a tal magnitud que la Tierra fue destruida en el proceso, y solo algunos humanos lograron escapar en naves, salvando a la raza humana por un pelo. Un par de años después, los humanos encuentran un nuevo hogar en Mira, un planeta similar a la Tierra a primera impresión, pero que esconde muchos secretos y peligros.

En este juego tomas el papel de uno de estos sobrevivientes; encapsulado por un largo tiempo, finalmente despiertas gracias a Elma, extripulante de la misma nave en la que tú viajaste. El problema es que no recuerdas nada sobre la guerra o cómo terminaste en este planeta desconocido, pero Elma junto con otros rostros amigables te ayudan a entrar en calor en lo que es ahora la última civilización humana: la ciudad de New Los Angeles.

Esto, a pesar de lo abrumador que suena, es solo el comienzo de una inmensa aventura en un planeta completamente desconocido. Tu deber es no solo recordar tu pasado, sino enfrentarte a todas las amenazas que peligran tu sobrevivencia y la de la raza humana. Pronto te das cuenta de que Mira es igualmente hermoso y aterrador con criaturas gigantescas y peligrosas, además de otras razas que buscan hacer de Mira su hogar, y no están nada contentos con compartir el planeta.

Ese es el resumen de la historia, pero debemos dejar algo muy claro desde ahora: el juego intenta darte el estelar para hacerte sentir importante, pero la verdad es que tu papel se siente muy rezagado en la trama, especialmente si vienes del resto de la saga. Crear a tu propio personaje viene con todas las ventajas y desventajas de hacer un avatar: puedes editar cada rasgo físico del protagonista, pero tu papel se ve opacado por el resto de los héroes de esta aventura. Aquí no eres ningún Shulk o Rex, de hecho ni siquiera hablas en la historia y solo tomas algunas decisiones a lo largo del juego sin dejar mucho impacto, y eso es solo el comienzo de lo poco que destacas a lo largo del juego.

Sumando a eso, Xenoblade Chronicles X es considerado como "el raro" de la familia por su misma historia. Aunque sí hay una trama en la que te puedes desenvolver, palidece enormemente frente a las entregas numeradas de Xenoblade Chronicles. No es una mala decisión como tal, sino meramente diferente, y será cuestión tuya averiguar si prefieres este estilo de juego, o lo hecho con el resto de la saga. Sin embargo, y compensando esta falta de narrativa, aquí tenemos un juego que rompe las barreras de lo que quisieron hacer los otros juegos, explotando al máximo lo que un universo de Xenoblade Chronicles puede ofrecer en términos de gameplay.

Cabe destacar, sin embargo, que el juego sí cuenta con los elementos característicos de un Xenoblade. Es muy diferente, sí, pero donde uno esperaría que respete a la franquicia no falla, y sigue sintiéndose como una entrega principal a pesar de carecer de un número en el título. La estética futurista no es lo único que rescata esta entrega, pues los simpáticos nopon también están presentes y hacen de las suyas en más de una ocasión, ofreciendo su clásico toque humorístico para robarte una sonrisa en varias escenas de la historia. Esta vez, además, los creadores se encargaron de pulir el cierre de la historia con un epílogo jamás antes visto, pero entrar en más detalles echaría a perder todo el propósito del juego, así que dejaremos eso a tu descubrimiento únicamente adelantándote que muchas respuestas son respondidas.

Xenoblade hecho MMORPG

Entrando ahora con el punto más importante del juego, tenemos un gameplay vasto y expansivo que parece no tener fin. Es un juego muy abrumador que exige un tremendo compromiso por parte del jugador, pero la paciencia y el esfuerzo se compensan con un juego que puede absorberte con facilidad y darte un sinfín de diversión.

Desde el debut de la saga en Wii, las intenciones de hacer de Xenoblade Chronicles un juego masivo fueron claras. Sin embargo, la saga optó por tomar otro camino con las entregas numeradas, y aquí se conservó lo que se sembró en el primer juego, y todo comienza con un mundo abierto. Si creías que mapas como los últimos Zelda o GTA eran enormes, no has visto nada. Tratándose de juegos single player, muy pocos superan en tamaño el colosal mundo de este RPG, pues estamos frente a la intención de Monolith Soft de hacer su propio MMORPG, y vaya que tiene espacio de sobra.

La misma ciudad en la que se envuelve toda la historia es de por sí enorme, contando con varios distritos llenos de NPCs esperando asignarte misiones, vendedores de todo tipo, y otros secretos aguardando en las esquinas. Comenzando tu aventura puedes elegir uno de varios roles que toman los humanos para proteger lo poco que les queda de civilización, como mantener el orden entre los habitantes, explorar los alrededores, o combatir con la vasta fauna de este planeta desconocido, pero no te preocupes: puedes hacer de todo en el juego sin ninguna restricción.

El mapa podrá no parecer la gran cosa cuando lo observas desde el radar, pero es bastante engañoso. Como te dijimos, estás frente a un mundo inmenso, de esos que te invitan a explorar la montaña más alta y el valle más bajo. Lo impresionante de su exploración es que siempre eres recompensado por tu curiosidad, ya sea con tesoros o misiones escondidas que te dan más que un poco de experiencia. Justo cuando crees que te vas a topar con una pared invisible, el juego te dice "adelante" y te deja moverte con una libertad que se ha convertido en una rareza en juegos open world hoy en día.

Por supuesto, explorar todo un planeta a pie sería toda una tortura, y aquí es donde entra en acción otro gran atractivo del juego. Este es el único Xenoblade donde puedes tener tu propio robot gigante y usarlo para explorar y combatir, abriendo un nuevo panorama a todo lo que te había mostrado el juego hasta el momento en que llega este gran cambio. Es uno de los momentos más satisfactorios de la historia, y dejaremos este deleite a tu descubrimiento para que lo disfrutes tanto como nosotros.

Combate frenético que no se ve en el resto de la saga

Si conoces el sistema de combate de la saga, entonces hay poco por agregar en este juego, pero aquí se vuelve a hacer algo diferente que ningún otro juego posee: batallas veloces y frenéticas. Con su sistema de autoataques y sin uso de ítems, existen varios momentos en la franquicia Xenoblade donde realmente no tienes que hacer nada para ganar en las batallas, pero la inyección de adrenalina en esta entrega repara eso, pues los tiempos de reacción son más demandantes, y no es ni de cerca un juego sencillo.

Aquí vemos el precursor de lo que terminó siendo el sistema de batalla de Xenoblade 2, pero sin tanta confusión de por medio. Cada personaje puede entrar a batalla con dos tipos de armas: de alcance y cuerpo a cuerpo, cada una con sus respectivos beneficios que incentivan el cambio constante de estrategias mientras el enemigo no te da tregua. Atacar desde lejos es más seguro, pero entrarle a los trancazos en la cara recompensa con más daño. Tu protagonista cuenta con un beneficio único en este apartado, pues es el único que puede elegir libremente qué clase de peleador quiere ser, siendo capaz de rotar entre todas las armas del juego a libertad mientras encuentras tu estilo preferido.

A lo largo de la aventura, puedes elegir entre varios personajes para ensamblar tu equipo y armar varios tipos de estrategias dependiendo del enemigo. Si te topas con monstruos muy veloces, los pesos pesados del grupo no podrán hacer mucho al respecto para seguir el paso, pero son tus mejores aliados tratándose de combates con gigantes que ni siquiera caben en la pantalla al momento de combatirlos. La variedad es amplia en este sistema de combate, y su alta velocidad le da un toque único frente al resto de la saga.

Un detalle que no podemos omitir y debuta en esta edición remasterizada es la mecánica de Quick Cooldown. Para inyectarle aún más velocidad a los combates, en las peleas eres capaz de sacrificar una barra universal de apoyo que te permite usar muchas habilidades especiales en sucesión. Esto parece en un principio romper el juego al darte una dosis constante de ataques especiales que llenan la pantalla de gigantescas cifras de daño, pero este recurso es limitado por combate, y si no lo usas sabiamente terminas viendo la pantalla de Game Over con más frecuencia de la que te gustaría.

Adiós a la doble pantalla

Hablando de presentación, este remaster se defiende bastante bien. El nivel de pulidez es similar a lo hecho con el Xenoblade Chronicles de Wii: los rostros y las expresiones están mejor definidos, y tanto los escenarios como los modelos de personajes y monstruos también tienen una mejora que se nota bastante. La iluminación es otro factor importante que pulió el remaster, y los cambios entre día y noche son más impresionantes de ver mientras te pierdes explorando y completando misiones. Lógicamente el juego aún cuenta con las restricciones de un Nintendo Switch así que no puede presumir los gráficos más impresionantes del mundo, pero el resultado se nota, y es un cambio muy positivo.

Pero aquí había un factor adicional por cambiar: deshacerse de la doble pantalla del Wii U. Aunque se extraña la mecánica, cambiar la interfaz al modo tradicional con todo en el televisor funciona de maravilla, al grado de que quienes jamás jugaron el original de 2015 se puedan percatar de que este título tuvo un diseño original muy, pero muy distinto. La visualización del mapa y navegación por el mundo en general ahora se maneja de forma tradicional, y con la ayuda de una guía que te muestra el camino más corto a tu próximo objetivo, no se extraña para nada el gimmick del gamepad del Wii U.

El texto también fue otro problema con el juego original, y con tantos tutoriales y líneas de diálogo, es bueno ver que se resolvió su minúsculo tamaño para facilitar la lectura. Esto añadido con texto completamente en español le dan un seguimiento bastante cómodo a todas las funciones del juego, incluyendo los infaltables menús de personalización donde hay letras y números por doquier. Gracias al remaster, se fueron los dolores de cabeza en estas partes del juego, y ahora hasta da gusto comparar armas y habilidades.

La música no cambió respecto al juego original, pero debes saber que aquí no tenemos al compositor del resto de la saga. Por ello, se respira una atmósfera distinta ya sea explorando la ciudad o en medio de las batallas más caóticas, un cambio que toma por sorpresa a los fieles seguidores de la saga. Las voces hacen un trabajo espléndido en inglés y japonés, aunque en esta ocasión optamos por pasarnos la aventura en el lenguaje original. Cada héroe y villano encaja de forma sublime gracias a su respectivo actor de doblaje... a excepción del protagonista silencioso al que te acostumbras tarde o temprano.

Mucho, pero mucho por hacer

El protagonista no es lo único que puedes personalizar según tus gustos; al poco tiempo el juego te recompensa con tu propia base de operaciones, y puedes decorar con limitados pero bien recibidos elementos que sacan a tu diseñador interno. No es el sistema más robusto del mundo, pero el juego pudo fácilmente omitir este añadido completamente opcional con el que te puedes entretener bastante si sacas su potencial.

Siendo un RPG titánico, por supuesto que hay misiones opcionales. Existen de todo tipo, pero no podían faltar las típicas tareas de recolección o de "mata a x número de monstruos una y otra vez". No estás obligado a completar estas tareas, pero afortunadamente puedes realizar varias de ellas al mismo tiempo, evitando mucho el backtracking que irremediablemente le da un peso muy molesto a juegos de este género. Pasando a lo nuevo de este remaster, ahora puedes organizar todas las misiones de manera más ordenada y mantenerte al tanto de tu progreso en cada una al instante, ahorrando gran parte de las frustración que se vivió con el juego original.

Para facilitar estos detours, el juego cuenta con una enciclopedia muy vasta de todos sus objetos y criaturas, divididas por regiones. Si buscas un objetivo en particular, es en estos menús donde llegas a pasar la mayor parte de tu tiempo, pero con el dominio de estas herramientas y el fast travel que vas desbloqueando a lo largo del mapa, puedes completar muchas misiones en meros minutos de juego. La personalización de armas y habilidades parece todo un rollo cuando el juego te introduce estos sistemas, y sí, es todo un relajo. Con múltiples personajes disponibles, dos armas para cada uno y diversas piezas de armadura y habilidades por clase, pasas mucho tiempo comparando números para elegir la mejor versión de cada personaje. Esto es más que habitual para amantes del género, pero va como advertencia para quienes carecen de paciencia moviendo clases, armas, habilidades y más.

Otro sistema a tomar en cuenta es la afinidad entre personajes. Tanto el protagonista como el resto del elenco cuentan con un medidor de amistad que puedes alterar si van juntos a explorar o completar misiones. Es un elemento discreto que progresa conforme disfrutas del juego, pero vale la pena tomarlo muy en cuenta porque al llevarte mejor con ciertos miembros de tu equipo, mejoras tus capacidades en batalla y puedes enfrentarte más cómodamente a los enemigos más poderosos del juego... y además desbloqueas misiones opcionales secretas que solo se habilitan con un alto nivel de afinidad.

El juego original tenía  un modo en línea que te permitía reclutar a los personajes de otros jugadores y llevarlos a misiones especiales. Este añadido está de vuelta, pero lamentablemente los servidores aún estaban cerrados cuando jugamos, así que no podemos darte detalles en este apartado.

Por último, y respetando un elemento clásico de la saga, puedes cambiar la vestimenta de todos tus personajes libremente. Por supuesto, y siendo un elemento meramente estético, el juego esconde los mejores atuendos en las misiones más complicadas, y solo los más apasionados por esta aventura desbloquearán todas y cada una de las piezas de armadura, trajes casuales y un poco de fan service para presumir en línea.

¿Vale la pena Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition?

Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition es la versión que todos esperamos por tanto tiempo. Viendo cómo la saga continuaba creciendo y evolucionando mientras este juego permanecía en el olvido fue todo un crimen, y da un gusto enorme ver que la espera por su regreso valió completamente la pena. Con esto, ahora toda la saga está reunida en una sola consola, y su futuro luce tan brillante en la próxima generación de Nintendo como si se tratara de Mario, Zelda o cualquier saga clásica de la compañía.

Sin embargo, su colosal tamaño funge como un arma de doble filo: no es un juego para todos, y fácilmente puedes perder el interés debido a su flojo acercamiento con la historia, algo que notarás especialmente si vienes de los otros juegos de la franquicia. Es su gameplay lo que busca mantenerte entretenido durante las incontables horas que te puede durar, pero el compromiso y paciencia que le debes tener no se logra fácil, así que será mejor que cuando lo pongas en tu Switch, te prepares para un viaje titánico que parece no tener fin.