El capítulo 3 de Dragon Ball Daima finalmente se ha estrenado y, además de avanzar en su interesante trama, ha arrojado luz sobre eventos del pasado que durante mucho tiempo fueron considerados incoherencias dentro del universo de Akira Toriyama. Así, el episodio ha resuelto una de las mayores y más viejas polémicas de la serie: el diseño de los hijos de Piccolo.
30 años después, Dragon Ball Daima resuelve uno de los mayores misterios
Durante mucho tiempo, se criticó a Akira Toriyama que los hijos de la primera versión de Piccolo (aquella expulsada directamente por Kamisama como su doppelganger) tuvieran un diseño completamente distinto al de la raza namekiana.
La realidad es que, en el momento en que el mangaka creó al personaje, aún no tenía en mente introducir a dicha especie alienígena. De hecho, cuando lo hizo durante la saga de Freezer, la inclusión de los namekianos se manejó como una retrocontinuidad.

Buscando disipar este error argumental, el episodio 3 de Dragon Ball Daima estableció un nuevo lazo de retrocontinuidad con el inicio de la serie y corrigió esta discrepancia.
En él, se nos presentó un personaje con un diseño muy similar al de Drum, uno de los últimos vástagos del malvado Piccolo, resaltando el hecho de que aunque el Piccolo original es namekiano, sus descendientes pudieron heredar la estructura física de los habitantes del Reino Demoníaco debido a su origen majin.

Como puedes ver, tuvieron que pasar más de 30 años para que Dragon Ball resolviera esta discrepancia de Akira Toriyama. Al mangaka se le perdona todo, y sus fans estamos acostumbrados a estos detalles (¿verdad, Lunch?). Aun así, siempre se agradece que la serie se tome el tiempo para dar mayor cohesión a este universo que tanto amamos.
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