Bastante conocida es la faceta de Guillermo del Toro como un apasionado geek y amante de la cultura pop, algo que se refleja muy bien en su vasta colección, que incluye películas, figuras, cómics y, por supuesto, videojuegos, un medio que interesa particularmente al jalisciense.
Y es que si algo ha dejado claro del Toro en múltiples ocasiones, es que no solo es fanático del gaming, sino que también tiene ideas propias sobre cómo evolucionar la industria, algo que se hizo bastante evidente cuando estuvo involucrado en el fallido proyecto Silent Hills, desarrollado junto a Hideo Kojima.
Guillermo del Toro: un fanático de los videojuegos
Desde hace años, Guillermo del Toro se ha mostrado interesado en el mundo de los videojuegos: no solo como fanático de experiencias como Shadow of the Colossus, Ico o Bioshock, sino desde la parte creativa: pensando en el desarrollo de los mismos.
Como ocurre con su amigo Hideo Kojima, su fascinación por la narrativa interactiva y la atmósfera de los videojuegos lo ha llevado a imaginar nuevas formas de usar la tecnología para crear experiencias únicas que fusionen cine y gaming, algo que intentó plasmar en varios proyectos, siendo Silent Hills el más destacado.
Durante el desarrollo de Silent Hills, del Toro tuvo la oportunidad de poner en práctica algunas de sus ideas más ambiciosas. El proyecto, que contaba con la dirección de Hideo Kojima y la participación de Norman Reedus como protagonista, prometía ser una de las propuestas más innovadoras en la historia del terror en los videojuegos. Sin embargo, tras la cancelación del proyecto por parte de Konami, muchos de los conceptos que del Toro tenía en mente quedaron truncos, aunque nunca desaparecieron de su mente.
Las ideas de Guillermo del Toro que iban a revolucionar el gaming
En una entrevista con Bloody Disgusting, del Toro detalló que durante las sesiones de desarrollo de Silent Hills, él y el equipo de Kojima Productions trabajaron en un vasto conjunto de diseños conceptuales y mecánicas innovadoras, algunas de las cuales se verían reflejadas más tarde en otros grandes títulos, como The Last of Us. Según el director, uno de los elementos clave en el juego cancelado era la manera en que el terror no solo se presentaba a través de lo visual, sino mediante la interacción y el entorno, creando una sensación constante de incomodidad.
Por otro lado, en declaraciones a IGN, Guillermo del Toro explicó que la intención en Silent Hills era aprovechar al máximo la tecnología más avanzada de la época. El objetivo era emplear mecánicas innovadoras como la manipulación dinámica del entorno y la interacción en tiempo real con los objetos, algo que, curiosamente, veríamos años después integrado en juegos como Resident Evil 7.
Lo cierto es que la visión de Guillermo del Toro para Silent Hills no solo rompía barreras técnicas, también representaba una revolución narrativa y atmosférica. Por ello, la cancelación de Silent Hills sigue siendo una de las grandes tragedias para los fanáticos y una oportunidad perdida para la industria del videojuego.
Las ideas de Guillermo del Toro para los videojuegos siguen siendo una referencia de lo que el medio podría lograr en términos de atmósfera y narrativa, y aunque Silent Hills nunca llegó a concretarse, las lecciones que nos deja su visión son claras: el gaming tiene el potencial de ser mucho más que entretenimiento, puede ser una experiencia emocionalmente envolvente, profundamente perturbadora y, como el cine, necesariamente catártica.
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